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Mostrando entradas de febrero, 2016

Vivir del recuerdo

Sergio era un tipo normal. Disfrutaba de las cosas simples de la vida, como todos. Jugar a la pelota con amigos, un buen asado, una reunión de familia. Un día, jugaron un partido de aquellos con los muchachos. Ganaron 7 a 0. Estaban todos inspirados. Y qué gol de chilena metió Sergio. Lo gritó como loco. Después salieron pizzas. Nadie quería que ese momento terminara. Esa noche, casi ni durmió. Recordaba una y otra vez ese partido, esa jugada, ese pase de Pablo que él pudo enganchar justo con esa chilena espectacular. Al otro día, en el trabajo fue totalmente improductivo, entre el cansancio por casi no haber dormido, y estar recordando todavía una y otra vez esa jugada. Al fin del día, se dió cuenta que empezó a recordar con menos frecuencia. Al llegar a casa, casi ni pasaba por su cabeza ese partido del día anterior. A la noche, ya en la cama, se dio cuenta que quiso recordar de nuevo la jugada, pero que no se la acordaba tan bien, y eso le dio mucha bronca, tanto que otra vez le

Nada cambia

La noche fue dura. Entre ese mosquito que se dedicó a hacerme miserable, el tren que hasta las 12:45 am pasa como un reloj perfecto y las ambulancias que entran y salen del hospital de enfrente, conspiraron contra una noche de descanso, aunque sea una. Por la mañana, mientras tomaba el café clásico de las mañanas con mi mujer, pensaba como hacía ella para poder dormir tan plácidamente. Creo que debe ser algo de los genes. Ya camino al trabajo, el mismo de hace 5 años, creo que voy por el record de permanencia, no podía dejar de pensar cuanto iba a lamentar la falta de sueño. La misma rutina, después de fichar, acomodar mi escritorio, prender la pc, ver todos los papeles acumulados para ordenar y procesar, y prender la máquina de café. Al rato, como suele pasar, llegan Jorge, Martín, Dardo y Manuel. Comienza la charla de los lunes, que golazo metió el lancha Gutierrez, el pase perfecto del mago Miguez, el cabezazo del tanque Martucci y la atajada que seguro queda para la histori

La feria

La misma tradición de todos los años. No es la misma feria, aunque es la misma feria. Es decir, todos los años es en el mismo lugar, la misma fecha, los mismos horarios. Es más, para estas latitudes, suele hacer el mismo clima en esos días. Los feriantes suelen ser los mismos, los visitantes suelen ser los de siempre. Yo suelo ir todos los años, soy uno de los visitantes de siempre. Pero no es la misma feria. El ritual se repite. Los feriantes con días de antelación preparan sus puestos. La mayoría son empleados y, por supuesto, están cansados del mismo trajín de todos los años. Horas extras, ya pensando en la multitud de personas que vienen, y que les esperan unas largas semanas de preguntas, charlas sin sentido, compañía forzada con gente que no siempre cae bien, pero ya es un rito. Forma parte de lo que tiene que suceder en esta época del año, sino, es como que ese año no fuera válido. ¿Podemos llamar algo por su nombre si falta eso que lo define? ¿Podemos llamar cerveza a la que